domingo, 16 de septiembre de 2012

Capítulo uno - Marca.

Era una mañana lluviosa de invierno. Mónica acababa de despertarse, se levantó y se hizo el desayuno. Eran las ocho de la mañana, llegaba tarde al instituto por primera vez. 
  - ¡Mamá! ¡¿Por qué no me has despertado antes?!- gritó desde la cocina con la esperanza de que su madre la oyese. Pero no fue así, no había nadie en su casa; de hecho vio una nota estampada en el frigorífico. 
 <<Cariño, me han llamado de urgencias, había un paciente muy grave y tenía que ir a atenderlo. No podía faltar. No llegues tarde al instituto, nos veremos a la vuelta. Un beso.>>
Tras leer la nota de su madre subió a su cuarto y comenzó a vestirse lo antes posible para no perder el metro. Mónica tenía la costumbre de ir en metro a todas partes, era lo más cómodo, pero también más caro que lo demás. Aún así ella lo prefería, se sentía más cómoda. Tras coger su mochila, salió de casa y se aseguró de que estaba bien cerrada con llave. Y así empezó su carrera hacia el instituto. 
Tras un cuarto de hora ya estaba en el recinto estudiantil y allí estaban sus 'amigas'. Mónica no era la típica chica sociable que tiene muchos amigos y siempre está rodeada. No. Si no al contrario. Sus 'mejores amigas' en realidad no lo eran puesto que quedaban sin avisarle y a veces incluso la dejaban fuera de su grupo. En fin, ella pasaba de todo pero aún así le molestaba bastante. Antes de que sonara el timbre ella se acercó a saludarlas. 
  - Hola chicas, ¿qué tal el fin de semana?- preguntó.
Las chicas se miraron entre sí hasta que Claire la 'jefa' del grupo se decidió a hablar. 
  - Ah, perfecto, de maravilla. Estuvimos Lou, Sam y yo en el cine. Fue una tarde divertida.-Lo peor de todo esto no es que quedaran sin avisar, si no que se lo decían delante de sus narices lo que le cabreaba del todo. Mónica fue a responder pero Claire continuó.- ¿Qué tal el tuyo? ¿Igual de divertido? 
Siempre pensó que Claire le odiaba, bien por que le tenía envidia o por lo contrario; pero ella ya había escogido pasar de ella de una vez por todas.
    - Mi fin de semana ha sido perfecto, me lo he pasado genial, como siempre.
Y dicho estó, cogió y se marchó a clase.

La mañana fue bastante aburrida como todas las demás salvo por una excepción, habían llegado una chica y un chico nuevos. Bueno, eso a ella le daba igual ya que se juntarían con los demás de la clase. Ella iba por libre en esto. Sonó el timbre del recreo y todos salieron como locos hacia la cafetería, salvo Jack el chico nuevo y ella que se quedaron de los últimos en la clase.
   - ¿Te apetecería sentarte conmigo en la cafetería?- Le pregunto el chico. Ella se quedó sorprendida. Nadie le había dicho de relacionarse con ella, pero el tenía cara de buen chico así que no pudo resistirse y aceptó de buena gana. 
   - ¿Cómo te llamas? Verás es que desde que he llegado nadie me ha hablado y.. creo que tú eres buena persona. Me gustaría que fuéramos.. esto, colegas. 
   - Ah, sí.. te entiendo. Me llamo Mónica, tú eras Jack si no me equivoco ¿no?- dijo intentando ser amable, cosa que no se le daba bien al igual que hacer amigos.
   - No te equivocas. 
   - ¿Y de dónde vienes exactamente?- debía conocerlo antes de crear lazos entre los dos, porque si veía que no congeniaban lo largaría de un plumazo. 
   - Vengo de Boston, mis padres se mudaron aquí en California porque a mi madre le dieron trabajo aquí. Fue un poco duro eso de separarme de mi familia, pero.. creo que lo superaré.- Vaya, un chico muy mimado por su familia por lo que parece. 
   - ¿Y no echas de menos a tus amigos? 
Parecía que el chico no sabía que decir. Y así era, Jack intentó hacer que no sonara demasiado a 'pringado' pero era imposible.
    - Verás... es que yo no tenía amigos. Estaba en un colegio de pago y el rollo pijo no va conmigo. Soy un antisocial, lo sé pero por favor, no me juzgues por eso.
Definitivamente el chico le caía bien, era su yo en chico. ¿Cómo era posible que de un día para otro apareciese tal persona? Mónica no creía en las casualidades así que no se fiaba del todo, pero aún así le dio un voto de confianza. 
Mientras caminaban por los pasillos de las taquillas Mónica pudo ver como la mayoría de los estudiantes se concentraban en un círculo así que le propuso a su nuevo amigo que se acercaran a ver qué pasaba. 
Entre la multitud pudo observar que se trataba de un chico nuevo de 5º curso, un año más mayor que ella. 
Era bastante guapo y atractivo, normal que todas las animadoras estuvieran a su alrededor. Pero no parecía el típico chico deportista que siempre está ligando, que va, al contrario, parecía uno de los suyos pero guapo. 
     - Eh, chicas dejadlo pasar- propuso el director que iba acompañándolo.- Ya tendréis oportunidad de conocerlo más adelante, pero de momento tengo que llevarlo conmigo a mi despacho. 
Las palabras del director causaron efecto entre la multitud que se disolvió y se alejó de los pasillos. Jack y ella se quedaron a solas. Hacía bastante calor, puesto que estában al lado del gimnasio donde acababan de dar la clase los de 6º, así que se remanguó la camisa y se fueron para la cafetería. Allí estuvieron hablando sobre el horario de clase y los profesores que les habían tocado, hasta que Jack se le quedó mirando. 
      - ¿Qué?- preguntó confusa. No soportaba que se le quedasen mirando, era algo que le daba vergüenza. 
Jack se quedó un buen rato en blanco hasta que articuló palabra. 
      - ¿Tienes un tatuaje en tu muñeca?- Mónica se miró la muñeca, tenía una circunferencia que estaba divida por un palo. 
      - Ah, te refieres a mi marca de nacimiento, ¿es rara a que sí? Verás, a veces pienso que mi madre se volvió loca y decidió hacerme un tatuaje cuando era pequeña porque es muy raro que una nazca con una marca de nacimiento como ésta. En fin, soy rara hasta en esto. 
Cuando terminó de hablar vio que Jack se estaba remangando su camisa. 
       - ¿Por qué te remangas tu cam...?- se quedó estupefacta cuando vio que Jack tenía la misma marca que ella en la misma mano incluso. 
       - Espera, ¿cómo es posible?